Estas oficinas se diseñaron para crear un ambiente joven, profesional, cercano y cómodo para un equipo de 4 personas. El cliente buscaba un espacio funcional pero con estilo, así que trabajamos con una estética industrial minimalista, combinando materiales como madera cálida, hormigón visto, yute y parquet, en una paleta de colores neutros. Uno de los retos fue aprovechar bien los 65 m². Para ello, colocamos las mesas de trabajo cerca de la luz natural y diseñamos unos escritorios a medida, pensando también en posibles futuras ampliaciones. Con los recortes sobrantes de la madera creamos detalles en el resto de los muebles para dar unidad al conjunto. La zona de sofá y descanso se separó de forma original y asequible con cuerdas verticales que funcionan como divisor y como elemento decorativo, un guiño moderno que da identidad al espacio. También se creó una estación de café cerca de las mesas, con cafetera, agua y nevera, práctica tanto para el equipo como para recibir a clientes. Todo el almacenaje se planteó de forma oculta y discreta, para que nada entorpeciera la estética limpia y ordenada del espacio El resultado es una oficina práctica, moderna y con personalidad, donde apetece trabajar.