En este pequeño pero luminoso apartamento de 50 m², ubicado a escasos pasos de Plaza España, el objetivo fue crear un espacio funcional y con carácter, pensado como vivienda vacacional para disfrutar de estancias cortas en el corazón de Palma. A pesar de su superficie reducida, se logró una distribución fluida y bien aprovechada. La única habitación mantiene la misma estética que el resto del apartamento: una combinación equilibrada entre la calidez del nogal y la pureza del blanco en paredes y textiles, que amplifica visualmente los espacios y aporta una sensación de calma. El mobiliario, cuidadosamente seleccionado, se limita a lo esencial sin renunciar al confort: un sofá de diseño compacto en tonos claros, una mesa redonda de nogal, detalles decorativos discretos y textiles naturales que suavizan el ambiente. También se reformó el baño, incorporando una paleta de tonos claros que aporta frescura y sensación de amplitud. El resultado es un apartamento pequeño, pero lleno de intención, donde cada rincón está pensado para ofrecer descanso y bienestar. Una propuesta sencilla pero cuidada, que demuestra cómo el diseño puede elevar hasta el espacio más contenido.